Las nuevas velocidades de internet en las áreas urbanas en 2023

La velocidad en la vía pública puede variar según el tipo de área en la que nos encontremos. En las travesías, la velocidad máxima permitida es de 50 kilómetros por hora. Es importante destacar que esta limitación se aplica sin importar el número de carriles que tenga la vía.

Velocidades urbanas

En las vías urbanas que no sean consideradas travesías, debemos tener en cuenta el número de carriles para determinar la velocidad máxima permitida. Si la vía tiene dos o más carriles por sentido, la velocidad máxima seguirá siendo de 50 kilómetros por hora.

Por otro lado, si la calle cuenta solamente con un carril por sentido (uno para ir hacia arriba y otro para ir hacia abajo), la velocidad máxima estará limitada a 30 kilómetros por hora.

Finalmente, si la calle tiene una plataforma única para la calzada y la acera, lo que indica que es una zona especialmente acondicionada para los peatones, la velocidad máxima permitida es de 20 kilómetros por hora.

Si nos encontramos en una travesía, la velocidad máxima será de 50 kilómetros por hora, sin importar el número de carriles. En las demás vías urbanas, la velocidad máxima dependerá del número de carriles: 50 kilómetros por hora para dos o más carriles por sentido, 30 kilómetros por hora para un solo carril por sentido y 20 kilómetros por hora en vías con plataforma única.

Preguntas frecuentes

A continuación, respondemos a algunas preguntas frecuentes relacionadas con las velocidades en las vías:

• ¿Qué es una travesía?
• ¿Qué sucede si excedo los límites de velocidad?
• ¿Cuál es la velocidad máxima en una vía urbana con tres carriles por sentido?
• ¿Cuándo se considera que una vía tiene plataforma única?

Esperamos que esta información te sea de ayuda al momento de circular por las vías urbanas. Recuerda siempre respetar los límites de velocidad para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía.

¡Hasta la próxima!

Jose G.

¡Hola! Soy Jose G. De día, soy el profesor de autoescuela que probablemente te haga reír mientras aprendes a aparcar. De noche (o, bueno, en mis ratos libres), me convierto en ese tipo que escribe en un blog sobre todo lo que se me cruza por la cabeza. Desde anécdotas cómicas con mis alumnos hasta reflexiones sobre la vida en la carretera. Si te gustan las historias con un toque de gasolina y mucha humanidad, ¡estás en el lugar correcto! Atrévete a leer, comentar y, ¿por qué no?, compartir tus propias aventuras al volante.